Del Antiguo Régimen al Nuevo

 


- Retrato de Luis XIV por Rigaud, imagen tomada de Wikipedia-

Un retrato impresionante, el del rey francés Luis XIV, realizado en el año 1701 por el pintor Hyacinthe Rigaud, uno de los pintores franceses del barroco, especializado en el retrato, posiblemnte el más importante  y trascendente del siglo XVIII en la Europa dominada por el régimen absolutista. Como señala Jacques Thuillier, profesor en el Collège de France, «Hyacinthe Rigaud fue uno de esos pintores franceses que alcanzaron la mayor celebridad como retratistas bajo el Antiguo Régimen. Merecía esa admiración tanto por la sorprendente abundancia de su obra como por su constante perfección.» 

Lo cierto es que su obra es un reflejo de aquellas personas que detentaban el poder durante lo que se conoce como el Antiguo Régimen. Su éxito fue tal que Rigaud, que como pintor de corte de los Borbones, lo será hasta para cuatro generaciones. Esto le permitió contar entre su cartera de clientes a aquellos que podemos identificar como integrantes del grupo privilegiado en una sociedad estamental en la que estaban representados además de los cortesanos, algunos nobles y ministros, e incluso aquellos no privilegiados que llegaban al éxito gracias a sus negocios, reflejo de una sociedad que poco a poco iba cambiando. Así que poco a poco irán apareciendo ante su caballete clientes entre los que estaban burgueses, financieros e industriales. Son los primeros, la clase dirigente del reino de Francia. Son los segundos, los que a finales de ese siglo XVIII se harán con el poder. 

Indisociable de su retrato de Luis XIV, Rigaud frecuentó también a todos los grandes embajadores de su época y a algunos monarcas europeos, mostrando casi siempre lo que era el poder absoluto, uno de los pilares del Antiguo Régimen.  



- Retrato de Auguste III de Polonia, 1715, imagen tomada de Wikipedia-

Si hay un término se hace presente en los inicios de la Historia Contemporánea, ese término es Antiguo Régimen. Nace justamente de su propio fin. Fue el término que los revolucionarios franceses utilizaron para designar peyorativamente al sistema de gobierno anterior a la Revolución Francesa de 1789, y que, por extensión, se aplicó también al resto de las monarquías europeas cuyo régimen era similar al régimen absolutista de los Borbones que comenzará a vivir su final en ese año. Era un término opuesto al Nuevo Régimen o Régimen Liberal que se quería implantar en Francia. También, y siempre por extensión, puede aplicarse como equivalente a una época que, prácticamente, coincidiría con lo que se conoce como Edad Moderna (siglos XV a XVIII). 

Aunque su utilización es contemporánea a la Revolución, la mayor responsabilidad de su fijación en el ámbito literario le pertenece a Alexis de Tocqueville (1805-1859),  autor del ensayo "El Antiguo Régimen y la Revolución" (1856). En ese texto indica precisamente que "la Revolución francesa bautizó lo que abolía". De cualquier manera en esta obra sostuvo que la Revolución francesa no había constituido una ruptura radical con el pasado, pues se había limitado a confirmar tendencias reformistas esbozadas a lo largo del siglo XVIII, que ya apuntaban hacia una uniformización de la sociedad y una centralización del Estado. 

La aplicación del término a las estructuras económicas y sociales se atribuye a Ernest Labrousse y con el mismo se refiere a una formación económica, social, política e ideológica que se mantiene durante un más o menos amplio.

El período que vamos a estudiar comprende cronológicamente desde inicios del siglo XVIII y entronca con lo que acontece a mediados del siglo XIX  geográficamente en las dos orillas del Atlántico: los Estados Unidos en América y los países occidentales en Europa y que culmina en importante periodos revolucionarios.

Las revoluciones que veremos en temas posteriores no son más que manifestaciones de una sola revolución, la liberal burguesa, fruto de las transformaciones producidas en la sociedad durante este período. Su promotor más importante fue la burguesía, y el resultado final consistió en la sustitución del Antiguo Régimen por otro basado en la igualdad y libertad jurídicas. 

Sin embargo, el Antiguo Régimen no llegó a ser derribado definitivamente con la más importante de las revoluciones, la francesa; hicieron falta otras tres nuevas oleadas revolucionarias (la del 20, pero sobre todo la del 30 y la del 48), con la ayuda del proletariado, para eliminar los últimos vestigios del régimen señorial e implantar el sistema liberal capitalista. 

Se pasará de una estructura social agraria y feudal a otra comercial e industrial. Este período supondrá el triunfo político, económico y social de la burguesía.

Para ello y como referencia para ver de qué puntos partía nos basaremos en esta web sobre el Antiguo Régimen  que diseñé haces unos años. Espero que te resulte de interés. 

Igualmente os invito a ver este video resumen del paso del Antiguo Régimen al Nuevo Régimen tanto en la vertiente demográfica, como en la económica, la social y, por supuesto, la política. La ideológica la dejaremos para la entrada siguiente. 




Y volviendo a la obra pictórica que posiblemente muestre con más detalle el poder absolutista, se dice de ella que Álvaro García Moreno en la Historia - Arte nos dice que "Este retrato de Estado existe en el ideario popular como la imagen más representativa del monarca y de la monarquía absolutista. Aunque pueda parecer un retrato regio más, la realidad que esconde esta obra es mucho más interesante de lo que se percibe a simple vista.

La tradición renacentista dictaba que al Rey se lo representara vestido de armadura o con un elaborado manto de armiño cuajado de flores de lis. Por lo general estático e impasible, el monarca retratado debe encarnar lo que los franceses denominaban grandeur (grandeza). Ese aire mayestático está muy presente en la obra de Rigaud, aunque el pintor introducirá algunos elementos tan novedosos como rompedores, que han conseguido hacer que el retrato se distinga entre todos los demás que se han hecho de Luis XIV. 

En el cuadro se conjugan hábilmente realismo e idealización: mientras que el rostro del Rey es el de un hombre de su edad (el rey ya contaba con 62 años), se ha colocado en un cuerpo evidentemente joven,..." cuyo cuerpo se muestra de perfil, pero el rostro se vuelve al espectador. 

En el cuadro se muestra al rey con los símbolos tradicionales del poder del rey: espada, cetro y corona, y con una ambientación propia bajo una cortina carmesí con ribetes dorados. Destacan los pliegues que se prolongan en el manto de armiño del rey, bajo el cual lleva sus ropajes azules bordados con la flor de lis, símbolo de la familia Borbón. Este mismo elemento decorativo se repite en el trono, el cojín y la mesa que está en la parte inferior izquierda del cuadro. La indumentaria de Luis XIV se completa con una peluca de pelo natural, medias blancas de tafetán, encajes en las muñecas de las mangas de la camisa y tacones rojos.  

Tampoco duda Rigaud en subvertir imágenes tradicionales para darles nuevos significados. El cetro, símbolo del poder del Rey, se gira y se convierte así en un bastón para caminar, que lejos de anunciar la incipiente decrepitud del anciano evidencia su personalidad de dandi y su intención de presentarse ante sus súbditos como una suerte de «primer caballero del reino», en palabras del historiador británico Peter Burke.

Aunque Luis XIV encargó este óleo sobre lienzo - que mide 278 cm de alto y 191 cm de ancho- .como regalo para su nieto, el joven Felipe V de España, gustó tanto en Versalles que no solo no llegó a salir jamás de Francia, sino que se encargaron cientos de copias para repartirlas por todos los rincones del país. Las imágenes, casi sagradas, se respetaban como si se trataran del Rey mismo, y se consideraba una ofensa a la real persona el darles la espalda o no inclinarse ante ellas. 

Por último decir que en Versalles se quedó como parte de su colección personal. Allí permaneció hasta que, en 1793, con motivo de la proclamación de la república en Francia, es decir, con la llegada del Nuevo Régimen, que se oponía abiertamente al absolutismo, y que fue llevado al Museo Central de Artes, conocido actualmente como Museo del Louvre. Pero eso ya es otra historia. 

Artículos de referencia: 

Bouvier, Jean «Ernest Labrousse (189-1988)», en André Burguière (director). Diccionario de Ciencias Históricas. Madrid: Akal, 1991, pp. 431-432]

Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Alexis de Tocqueville». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/tocqueville.htm History.com Editors. "Alexis de Tocqueville". 

García Moreno, Álvaro, en https://historia-arte.com/obras/retrato-de-luis-xiv-rey (Internet).

González Martínez, Carlos en el Blog titulado "Historia y Comentarios"https://historiaencomentarios.com/2016/09/19/luis-xiv-de-hyacinthe-rigaud/  

History. https://www.history.com/topics/european-history/alexis-de-tocqueville (Internet). A&E Television Networks. 9 de Noviembre de 2009. Disponible en https://www.history.com/topics/european-history/alexis-de-tocqueville.

Romero Balsera, Fernando Javier. "El Antiguo Régimen. "https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002984/helvia/aula/archivos/repositorio//1750/1967/html/antiguo_regimen/index.html.IES Averroes. 2006. Disponible en enlace anterior.  

Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Hyacinthe_Rigaud. 


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