A modo de justificación
Seguro que conoces este cuadro. Me imagino que podrás darle nombre al mismo. Incluso que podrás identificar al autor. Es más, es posible que lo hayas visto en una gran sala del Museo del Louvre.
Efectivamente se trata de La libertad guiando al pueblo del pintor francés Eugène Delacroix. Pero es muy probable que lo vincules a la revolución francesa de 1789 y casi que creas que se trata de una obra coetánea a ese momento histórico.
Sin embargo, eso no es así, aunque si hace referencia a un país y a uno de los momentos revolucionarios que vivió ese país. La clave para entender esta obra esta en la historia.
La historia ha condicionado las manifestaciones artísticas en la misma medida que el arte es producto de la propia historia. No hay duda de que una obra de arte es un producto resultante de la creatividad humana. Esta creatividad, a veces, responde a unos códigos que surgen en momentos concretos y con una intencionalidad. En ocasiones lo que se refleja es una manifestación artística es visible y comprensible por lo evidente, pero, otras veces, no lo es tanto.
Muchas veces el arte es hijo de su tiempo, pero otras muchas pretende ser una herramienta que va desde lo didáctico a lo propagandístico. Estudiar una obra de arte es complejo. Tenemos que observarla para nuestro disfrute, pero también nos puede resultar de interés analizarla, diseccionarla, para descubrir en ella interpretación o una intencionalidad que , en ocasiones, se nos escapa, pues puede su intencionalidad estar difusa o pasar inadvertida. Toda obra de arte es hija igualmente de su entorno. Uno y otro, el tiempo y el entorno, nos pueden dar las claves para ese análisis. Pues en lo icónico y en lo constructivo puede haber todo un programa, un discurso que pudo ser evidente en su momento pero que en la actualidad puede estar oculto, salvo que tengamos esas claves que nos permiten averiguar los códigos que encierran las ideas que motivaron su aparición.
La intención de esta materia es intentar entender el contexto histórico y, en ocasiones, la excusa que motivó la aparición de una manifestación artística que supera lo estrictamente sensible para darnos un discurso, para lanzarnos una idea. Esa es la misión por la que intentamos que entendáis la historia del mundo contemporáneo en relación al arte. Es necesario entender los códigos del siglo XVIII, XIX y XX para entender, en ocasiones, algunas de sus producciones artísticas.
La historia, en este caso la más cercana, y el arte en cualquiera de sus formas plásticas, no dejan de ser una expresión de una realidad histórica y por supuesto de una manifestación de la actividad humana, es un testimonio del devenir de una sociedad. Es por esa razón la que nos obliga a estudiar el contexto político, económico, sociocultural e ideológico en el que surge una obra o inspira a otra. No es sólo el legado patrimonial de un momento, es, en determinadas circunstancias, el reflejo de una memoria colectiva. Por eso ahora retornamos al principio, a la imagen inicial.
Y eso es lo que pretendió Eugène Delacroix en 1830 cuando pintó este cuadro. Un cuadro que nos relata un momento de las jornadas revolucionarias que se vivieron en París y con las que triunfó la revolución de 1830.El cuadro representa la Revolución de julio de 1830, ocurrida en París, contra las violaciones constitucionales perpetradas por el absolutista Carlos X durante la Segunda Restauración al querer suprimir el Parlamento y restringir la libertad de prensa .
Se trata de una obra alegórica, o lo que es lo mismo, no corresponde con una escena real, sino que encarna una representación simbólica de un hecho verdadero. La mujer es un símbolo, una alegoría, el de la Libertad, con la que culmina las "Tres Gloriosas" jornadas - los días 27, 28 y 29- de 1830. Se trata de un homenaje a todos los insurrectos de París
La escena de La libertad guiando al pueblo describe una barricada. Los escombros, la humareda, y la diversidad de personajes demuestran que se trata de un alzamiento civil. Los alzados siguen a la mujer que enarbola la bandera de Francia, ubicada al centro y arriba en la composición, aunque deban pasar por encima de los caídos.
- Imagen de la obra obtenida de la web https://www.artesubastas.es/-
En la obra convergen una composición de rigor y el dinamismo de las figuras representadas. La composición es piramidal. En el centro de la misma, destaca la alegoría de la libertad, esa mujer con la parte superior de su cuerpo desnudo y que porta la bandera tricolor alzada en señal de triunfo, y que jerarquiza toda la obra. En la base de la pirámide los caídos en la lucha.
El pintor destaca la determinación de los revolucionarios franceses y la participación activa del pueblo que la sigue, enardecido.
Delacroix retrató con todo detalle la «liberación» de los parisinos y muestra sin tapujos como la victoria va acompañada de sufrimiento.
La presentación de la obra, un año después de ser creada, causó, como es de esperar, el estupor y un considerable escándalo en la sociedad de la época. Pero eso es otra historia.
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Por último, ¿podrías identificar el contexto histórico de la obra de Gustave Wappers que aparece en la imagen siguiente?
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